
Mi abuela no es perfecta. Tiene un defecto que la convierte en la persona más adorable del mundo. Y es que no es capaz de que pase una semana sin que nos haga sonreír con uno de sus gazapos.
A ella le dedico este blog, a ella y a todas las abuelas despistadas, a todas las abuelas que se equivocan; pero sobre todo a todas las abuelas adorables a quienes tanto queremos.